Te
escucho en la lejanía de la noche
Acepto
tu nombre y lloro en silencio
Son
sombras que dejas al paso
Tristeza
y desencanto en la vida.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Son
balas, cañones y rifles
Que
no concibe liberar mi mente
Tanta
injusticia Dios mío.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Largos
viajes atisbo en la oscuridad
No
me rindo ante la tiranía
Porque
es mi deseo alcanzar la paz.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Largos
días soñando espero
Que
las autoridades cesen el conflicto.
Aunque
morir en el intento estorbe.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Arder
tus huesos y dejarlos polvo
Ese
crujir lo escucho cada mañana
Cual
tornillo incrusta mi costado.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Como
ave que retorna a su nido
Continuo
impaciente en la espera
De
tener un mañana victorioso.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Padres
y madres suplicar al cielo
De
rodillas implorar a Dios todopoderoso
Ver
a sus hijos persiguiendo un sueño.
Te
escucho en la lejanía de la noche
Como
olas que lleva el viento
Abro
muros que encadenada me tienen
Porque
hoy vuelvo a vivir la vida.
Te
escucho en la lejanía de la noche
¡Oh
Dios! Escuchaste mi suplica
Puedo
abrir mis ojos
Celebrando
un mañana para mis hijos.
Te
escucho en la lejanía de la noche
¡Gritar!
derecho a vivir tiene la humanidad
Nuestras
voces se hicieron escuchar
Porque
es belleza volver amar.
Lidia Vásquez Ruiz
Lima-Perú
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