Una
pregunta tal vez no venza a la guerra ni a la sinrazón
Pero
hay que hacerla por la Paz, aunque no haya respuestas
Si
a mí me lanzan mil preguntas, tal vez les dé mi opinión
Y
si mucho me presionan, respondo con preguntas como éstas:
¿Por
qué a la orilla del Mar, si el Mar es noble y vientre eterno?
¿Por
qué a la orilla del Mar y por qué tan pequeño y tierno?
¿Por
qué no en su hogar, con sus libros y sus muebles añejos?
¿Por
qué no en medio de hijos y nietos, en sus años viejos?
Ya
no tengo más preguntas porque sé que no habrá respuestas
Mas
en todo el orbe quedarán muy juntas, las voces, las protestas.
Francisco Hernández Zamora
-México
–
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