Él me pidió que hablara de la paz-
Y le abrí los ojos de la heroica paz-niña
y todo fue distinto, entonces,
se abrieron las caricias y las horas
murmuraban bajito, señalando silencio.
-Ella guardó silencio, por la paz-
Y sus ojos hablaron a los míos
y despertó la caja de Pandora
de los nombres ausentes u olvidados
pronunciándose en cada pestañeo.
-Ellos hablaban de Paz, eran Poetas-
Y el rumbo de sus versos, amamanta
el ejército esperanza de esos mundos,
donde los silabarios, no se tiñen de rojo
y la paz se recita en todos los idiomas.
Rossana Arellano
Santiago de Chile
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