en patios de liceos bullaron por doquier,
en compactos preceptos fluían sus fragancias
soñando en
encontrarlos volando en un corcel.
Palabra diminuta, ansiada por los pueblos,
surcada por millones que sucumbieron sin
mediar,
tres letras que abogamos los seres que
quedamos
y en medio del sendero gritamos sin cesar.
Perdonen que los campos conserven las espinas
y el fuego en la frontera persista por
doquier,
en este caminar mil puertas se han cerrado
y muchos se han marchado cansados de esperar.
Angela Barrera
Cordonez
Rancagua
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